Tuve la desgracia de que un árbol cayera sobre mi granero y Tom vino a evaluarlo. Aunque enseguida se dio cuenta de que no era un trabajo en el que él pudiera ayudar, se quedó 45 minutos para aconsejarme sobre la mejor manera de reparar y me recomendó algunas empresas. Por si fuera poco, se dio cuenta de que la lona que había colocado tenía varios huecos. Se tomó la molestia de añadir una cubierta, fijarla con tachuelas y no me cobró ni el tiempo ni los materiales. No podría haber estado más impresionado, y recomendaría sus servicios a cualquiera que busque una gran empresa con la que trabajar.
- Adam Aukerman, St Joseph, MI