- Si un techador llama a su puerta diciendo que ha detectado daños en el tejado causados por una tormenta, desconfíe. Si empieza a presionarle para que presente una reclamación al seguro, ¡corra! Se sabe de techadores sin escrúpulos que crean daños para conseguir trabajo. Y las reclamaciones innecesarias al seguro contarán en su contra incluso si no son aprobadas.
En su lugar, busque un techador de confianza que suba a inspeccionar su tejado.
- Una empresa que no pueda o no quiera facilitar un número de licencia, un número de seguro o referencias puede tener algo que ocultar.
Las empresas con buena reputación le enviarán esa información rápida y alegremente.
- Un techador con menos de tres años de experiencia puede ser un magnífico profesional que se inicia en un negocio de éxito. O puede que se vaya el año que viene o incluso la semana que viene, dejándole con garantías que valen menos que el papel en el que están escritas. Si ya conoce al contratista y confía en él, un techador con menos experiencia puede ser una oportunidad de conseguir un tejado de primera a un precio de ganga. Pero sin ese conocimiento de primera mano, quédese con empresas que hayan superado la prueba del tiempo.
- Nunca firmes ningún documento hasta que estés preparado para comprometerte con un contrato. Si un techador le pide que firme un "permiso" para subir a su tejado, ¡corra! Algunos estafadores consiguen la firma de un propietario por razones aparentemente inocentes y luego exigen dinero, alegando que el cliente se comprometió a trabajar con ellos. Mire, ¡el techador incluso tiene una firma para demostrarlo!
- He aquí otra advertencia sobre la firma de documentos. Nunca firmes una AOB, Cesión de Beneficios. La firma de un AOB da al contratista pleno acceso a sus reclamos de beneficios de seguro, mientras que usted renuncia a sus derechos. Ahora es ilegal en muchos estados desde que los contratistas trabajaron el sistema para cobrar dinero que no merecían. ¡Si un techador le está presionando para firmar un AOB, es el momento de correr!
- Hablando de presiones, nunca debe sentirse presionado por un techador insistente para firmar un contrato. El techador debe tratarle como a un amigo, explicándole sus opciones y respondiendo a sus preguntas. Al fin y al cabo, está a punto de gastarse MUCHO dinero. Un contratista que le haga sentirse tonto por haber investigado es una señal de alarma.
- Pasemos a los presupuestos. Desconfíe de un presupuesto demasiado alto o demasiado bajo en comparación con las tarifas vigentes en su zona. Un presupuesto excesivamente alto puede ser un precio exagerado. Un presupuesto excesivamente bajo puede reflejar que se han escatimado materiales, buenas prácticas o procedimientos de seguridad.
- He aquí otra advertencia sobre los presupuestos. Sustituir la cubierta del tejado cuesta más, pero a veces es necesario. Una tabla blanda o podrida no aguantará un clavo. Los instaladores de tejados con experiencia buscarán grietas en el tejado para calcular de antemano cuántas tablas hay que cambiar. Si le dan un presupuesto en el que le dicen que tiene que sustituir un gran porcentaje de la cubierta, pídale fotos que lo demuestren.
- El presupuesto debe expresar la tarifa total en función del "precio por pie cuadrado". Si no figura en el presupuesto, pida el desglose a la empresa. Algunos techadores vuelven al cliente a mitad del trabajo diciendo que habían subestimado las medidas del tejado y que ahora tienen que subir el precio. Sin conocer el coste original por metro cuadrado, no hay forma de saber si la cantidad adicional es justa. Así que, si un contratista no le da esa información por adelantado, ¡corra!
- Por último, tenga cuidado con los depósitos. Muchas empresas de techado piden una pequeña cantidad (unos 500 dólares) cuando el propietario firma el contrato. Así protegen su negocio, que ahora incurre en gastos en su nombre. Pero nunca pague una gran suma de dinero hasta que los materiales estén en su casa. Pedir un depósito del 50% por adelantado y luego desaparecer es una estafa demasiado común entre los contratistas. ¿Y si un techador insiste en pedirle esa cantidad de dinero antes de que usted vea los materiales o el trabajo? Ya lo tiene: ¡Corra!
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